Los hospitales son epicentros de atención médica, donde personas de todas las edades y condiciones de salud buscan tratamiento y cuidado. Dado el amplio espectro de enfermedades que se tratan, no es sorprendente que muchos pacientes estén afectados por enfermedades que pueden ser altamente contagiosas. En este tipo de entornos, donde la salud ya está en juego, la prevención de infecciones adquiere una importancia primordial.

 

Cada área de un hospital tiene su propio conjunto de riesgos asociados. Por ejemplo, las salas de aislamiento, donde se atiende a pacientes con enfermedades contagiosas, presentan un riesgo muy alto de transmisión. Las salas de cirugía, aunque estériles, pueden quedar expuestas a patógenos si no se sigue una estricta rutina de limpieza. Las áreas de recepción y espera, por otro lado, aunque menos críticas, aún pueden ser puntos de transmisión si un paciente enfermo tose o estornuda.

 

La transferencia inadvertida de bacterias y otros patógenos de una zona a otra puede tener consecuencias devastadoras. No solo puede dar lugar a brotes de enfermedades dentro del hospital, sino que también puede complicar el estado de salud de pacientes ya vulnerables, prolongar sus estancias hospitalarias y, en el peor de los casos, poner en peligro sus vidas.

 

El código de colores surge como una solución pragmática a este desafío. Al asignar colores específicos a utensilios de limpieza destinados a áreas particulares, se establece una barrera visual y funcional contra la contaminación cruzada. Esta medida asegura que las herramientas utilizadas en áreas de alto riesgo, como los baños y las salas de aislamiento, nunca entren en zonas generales, y mucho menos en áreas críticas como quirófanos o zonas de preparación de medicamentos.

 

La implementación del código de colores también tiene un componente educativo. Ayuda a capacitar y recordar al personal de limpieza sobre la importancia de la segregación y la limpieza específica de áreas. Además, al ser una práctica visible, refuerza la confianza del paciente y de sus familiares en los protocolos de higiene del hospital.

Aunque puede haber algunas variaciones dependiendo del hospital o del país, el esquema generalmente aceptado para el código de colores en limpieza y desinfección hospitalaria es el siguiente:

 

El Esquema de Colores:

Rojo:

El color rojo se reserva para áreas consideradas de alto riesgo de contaminación, en particular, sanitarios y baños. Estas áreas están frecuentemente expuestas a patógenos y bacterias debido al uso constante y la naturaleza de las actividades que allí se llevan a cabo. Al utilizar herramientas de limpieza rojas exclusivamente en estos espacios, se minimiza la posibilidad de que bacterias y virus se trasladen a otras áreas menos contaminadas del hospital.

Azul:

Las herramientas de limpieza de color azul se destinan a áreas generales del hospital. Esto incluye salas de pacientes, donde si bien puede haber un riesgo de enfermedad, no es tan alto como en los sanitarios. También se extiende a oficinas, corredores y otras áreas comunes. El propósito es asegurar que las áreas generales se mantengan limpias sin la amenaza de contaminantes de zonas de mayor riesgo.

Verde:

El color verde se asocia con la preparación y manipulación de alimentos, por lo que se utiliza en cocinas, comedores y cualquier otra área relacionada con el alimento en el hospital. Las cocinas tienen sus propios riesgos, como la posible presencia de bacterias alimentarias. Es vital que las herramientas de limpieza usadas en estas áreas no se mezclen con las de otras áreas para evitar la contaminación cruzada de los alimentos, que podría llevar a brotes de enfermedades transmitidas por alimentos.

Amarillo:

El amarillo se emplea en zonas que requieren una desinfección especial, sobre todo en áreas donde se manejan desechos y en cuartos de basura. Estas zonas pueden albergar una variedad de contaminantes, desde desechos médicos hasta basura general. Es esencial que los utensilios de limpieza usados aquí no se utilicen en otras áreas para evitar la propagación de patógenos potencialmente peligrosos.

La implementación consistente de este esquema de colores ayuda a establecer una rutina clara y reduce el riesgo de errores en la limpieza, garantizando un entorno más seguro para pacientes y personal.

Las bayetas son uno de los utensilios más utilizados en la limpieza hospitalaria debido a su versatilidad y facilidad de uso.

 

Sin embargo, esta misma versatilidad puede hacer que se conviertan en vehículos de contaminación cruzada si no se manejan adecuadamente.

 

Es aquí donde el código de colores es especialmente crucial. Las bayetas rojas, por ejemplo, se dedican a sanitarios y no deben entrar en contacto con áreas generales o de preparación de alimentos. Mientras que una bayeta verde, que podría haber limpiado un derrame en la cocina, nunca debe ser utilizada en un baño o en una sala de pacientes. Mantener esta separación clara y visualmente identificable mediante el uso de colores es vital para reducir el riesgo de propagar infecciones en el entorno hospitalario (importancia del código colores trapos limpieza).