El acoso laboral, también conocido como "mobbing", es un tipo de violencia que ocurre en el ámbito del trabajo y se manifiesta a través de conductas, acciones o prácticas repetidas y prolongadas en el tiempo, que tienen como objetivo desestabilizar, humillar o aislar a una persona o grupo de personas dentro del entorno laboral. Estas conductas pueden provenir de colegas, superiores o incluso subordinados y suelen ser intencionadas, buscando afectar la dignidad, integridad o salud mental y/o física de la víctima.

El acoso laboral no solo afecta a la persona que es víctima de estas conductas, sino que también tiene un impacto negativo en el ambiente laboral y en la productividad de la organización. Por ello, es fundamental que las empresas reconozcan y aborden este problema, implementando medidas de prevención y proporcionando recursos y apoyo a las víctimas.

El acoso laboral puede manifestarse de diversas formas, dependiendo de la naturaleza de la conducta y de quién provenga. A continuación, se describen los principales tipos de acoso laboral:

1. Acoso Vertical Descendente (o bossing): Es el más común. Se produce cuando un superior jerárquico ejerce acoso sobre un subordinado. Este tipo de acoso puede manifestarse a través de prácticas autoritarias, imposición de sanciones injustificadas, sobrecarga de trabajo o humillaciones públicas, entre otras.

2. Acoso Vertical Ascendente: En este caso, son los empleados o subordinados quienes acosan a un superior. Aunque menos común, puede darse en situaciones donde un grupo de trabajadores busca desestabilizar o expulsar a un líder o jefe.

3. Acoso Horizontal: Ocurre entre colegas o trabajadores del mismo nivel jerárquico. Puede ser el resultado de rivalidades, envidias o tensiones dentro del mismo nivel de trabajo.

4. Acoso Estratégico o por Terceros: Se produce cuando la empresa, a través de sus políticas o acciones (como recortes, reestructuraciones, etc.), crea un ambiente hostil para que el trabajador decida abandonar su puesto sin que haya un despido formal.

5. Acoso Discriminatorio: Se relaciona con la discriminación por razón de género, orientación sexual, raza, religión, discapacidad, entre otros. La víctima es acosada debido a su pertenencia a un grupo específico.

6. Acoso Sexual: Implica cualquier comportamiento no deseado de naturaleza sexual que afecte la dignidad de las mujeres y hombres en el trabajo. Puede manifestarse a través de comentarios, insinuaciones, contactos físicos no deseados, entre otros.

7. Mobbing Grupal: Se refiere al acoso ejercido por un grupo de trabajadores hacia una sola persona.

8. Acoso Psicológico: Tiene como objetivo desestabilizar psicológicamente a la víctima. Se manifiesta a través de humillaciones, menosprecio, aislamiento y otras tácticas que buscan dañar la autoestima y confianza del trabajador.

9. Acoso Moral: Se basa en acciones que buscan lesionar la dignidad e integridad moral de la víctima.

10. Cyberbullying o Ciberacoso Laboral o Acoso Virtual: Utiliza las tecnologías de la información (como correo electrónico, redes sociales, mensajería instantánea) para acosar a la víctima. Es una forma reciente de acoso laboral que ha emergido con el auge de la tecnología en el ámbito laboral.

Estos son solo algunos de los tipos de acoso laboral que pueden presentarse en el entorno de trabajo. Es esencial que las organizaciones estén alerta, promuevan ambientes laborales saludables y tengan mecanismos claros para detectar, prevenir y sancionar este tipo de conductas.

Las manifestaciones de acoso laboral son las acciones concretas o comportamientos que denotan la presencia de este fenómeno en el ámbito laboral. Estas acciones pueden ser sutiles o abiertamente agresivas y, en la mayoría de los casos, tienden a repetirse en el tiempo, afectando la salud, el bienestar y el rendimiento del trabajador afectado. A continuación, se detallan algunas de las manifestaciones más comunes del acoso laboral:

1. Desacreditación profesional:

   • Desvalorización constante del trabajo del empleado.
   • Críticas y reproches injustificados y constantes.
   • Difamación o rumores acerca de la incompetencia del trabajador.

2. Aislamiento y marginación:

   • Exclusión de reuniones, actividades o eventos laborales.
   • Cambio de lugar de trabajo a áreas aisladas.
   • Negación de información esencial para el desempeño de sus funciones.

3. Sobrecarga o subcarga laboral:

   • Asignación de tareas excesivas o, por el contrario, retiro de responsabilidades.
   • Imposición de tareas monótonas, repetitivas o sin sentido.
   • Establecimiento de plazos imposibles de cumplir.

4. Agresión verbal y humillación:

   • Insultos, gritos o lenguaje ofensivo.
   • Humillaciones en público o en privado.
   • Burlas, sarcasmo o ridiculización constante.

5. Ataques a la vida privada:

   • Comentarios maliciosos sobre la vida personal del trabajador.
   • Invasión de la privacidad o escudriñamiento en asuntos personales.
   • Uso de información personal contra el trabajador.

6. Manipulación del entorno laboral:

   • Cambios frecuentes de horario o lugar de trabajo sin justificación.
   • Privación de recursos o herramientas necesarias para realizar el trabajo.
   • Introducción de obstáculos que dificultan el desempeño laboral.

7. Amenazas y acciones intimidatorias:

   • Amenazas de despido o sanciones.
   • Gestos o miradas intimidantes.
   • Amenazas veladas o insinuaciones.

8. Violencia física:

   • Empujones, golpes o cualquier forma de agresión física (aunque estas manifestaciones son menos comunes, pueden presentarse en casos extremos).

9. Minimización o invalidación:

   • Ignorar o hacer caso omiso de las opiniones o propuestas del trabajador.
   • Interrumpir constantemente o hablar por encima del trabajador.
   • Desacreditar ideas o logros.

10. Control excesivo o vigilancia:

• Supervisión constante y sin justificación.
• Control estricto de los horarios y movimientos.
• Revisión de correos electrónicos o comunicaciones sin consentimiento.

Estas manifestaciones pueden variar en intensidad y frecuencia, y en muchas ocasiones, pueden ser solapadas o difíciles de identificar. Sin embargo, la repetición y persistencia de estas conductas en el tiempo suele ser un indicador claro de la presencia de acoso laboral. Es fundamental que las organizaciones cuenten con protocolos para detectar y enfrentar estas situaciones, protegiendo a las víctimas y sancionando a los responsables.

La prevención del acoso laboral es esencial para garantizar un ambiente de trabajo sano y productivo. La creación de una cultura organizacional positiva y la implementación de medidas preventivas pueden ayudar a evitar o reducir significativamente los casos de acoso. A continuación, se detallan algunas estrategias y acciones recomendadas para prevenir el acoso laboral:

1. Políticas claras:

   • Establecer políticas escritas que definan claramente qué se considera acoso laboral, con ejemplos concretos de conductas inaceptables.
   • Asegurar que estas políticas sean de fácil acceso y comprensión para todos los empleados.

2. Formación y capacitación:

   • Ofrecer programas de formación y sensibilización sobre el acoso laboral para todos los trabajadores, incluidos los directivos.
   • Capacitar a los líderes y supervisores sobre cómo identificar y manejar situaciones de acoso.

3. Canales de comunicación:

   • Establecer canales claros y confidenciales para que los trabajadores denuncien conductas inapropiadas sin temor a represalias.
   • Promover la comunicación abierta y el diálogo en todos los niveles de la organización.

4. Investigación pronta y efectiva:

   • Al recibir una denuncia, llevar a cabo investigaciones rápidas, justas y exhaustivas.
   • Proteger a la víctima durante el proceso de investigación, garantizando su seguridad y bienestar.

5. Medidas correctivas y sanciones:

   • Si se confirma un caso de acoso, aplicar sanciones adecuadas, desde advertencias escritas hasta el despido, dependiendo de la gravedad de la situación.
   • Ofrecer apoyo y recursos a las víctimas, como asesoramiento o terapia.

6. Promoción de un ambiente de respeto:

   • Fomentar una cultura laboral basada en el respeto mutuo, la colaboración y la inclusión.
   • Celebrar la diversidad y promover el respeto por las diferencias individuales.

7. Liderazgo ejemplar:

   • Asegurar que los líderes y directivos den el ejemplo con su comportamiento y actitud.
   • Promover la idea de que todos en la organización, independientemente de su posición, son responsables de mantener un ambiente libre de acoso.

8. Evaluaciones regulares:

   • Realizar encuestas y evaluaciones periódicas para medir el clima laboral y detectar posibles problemas antes de que escalen.
   • Usar los resultados para hacer ajustes y mejorar las políticas y prácticas.

9. Intervenciones psicosociales:

   • Proporcionar acceso a profesionales de salud mental y consejeros para apoyar a los trabajadores en situaciones de estrés o conflicto.
   • Organizar talleres y actividades que promuevan el bienestar emocional y la resiliencia.

10. Compromiso de la alta dirección:

• Garantizar que la alta dirección esté comprometida con la prevención del acoso laboral y que respalde activamente las iniciativas y políticas implementadas.

La prevención del acoso laboral requiere un enfoque integral y proactivo por parte de la organización. La inversión en la creación de un ambiente laboral sano no solo beneficia a los trabajadores, sino que también puede llevar a una mayor productividad, retención de talento y una mejor imagen corporativa.

 

Si deseas saber más sobre cómo denunciar el acoso laboral, te invitamos a explorar nuestro artículo detallado al respecto.